Por @alexvillac
Dicen que se llevaban las macetas como pan caliente.
Y es que si hay algo que caracteriza al mexicano, es que es
abusivo, sí, A-BU-SI-VO.
Después de varios meses de trabajo de remodelación, la Alameda
Central fue adornada con miles de macetas de flor de Nochebuena, planta
característica de nuestro país y de las fechas decembrinas.
Hasta ahí todo bien, el problema surgió al finalizar los
discursos de la reinauguración pues los asistentes corrían a apropiarse de las
macetas a brazos llenos, fue una verdadera rapiña, un verdadero robo.
Y la policía poco pudo hacer pues la policía pertenece
también al sistema del círculo vicioso en el que nos encontramos, ese sistema
que hemos construido y fortificado a través de los años: - Pues es que no
podemos hacer nada joven, es México, ya sabe… - Fue su respuesta al
cuestionarle su nula reacción al robo de macetas.
Y entonces nos preguntamos: ¿los mexicanos somos honestos?
Porque todos mencionamos el valor de la honestidad como algo
intrínseco del mexicano pero al mismo tiempo estamos en los primeros lugares de
corrupción en el mundo.
No, no, no. No podemos presumir de honestidad y robarnos al
mismo tiempo un bien público, de todos, sin pudor ni pena, frente a la
autoridad, frente a la sociedad; no podemos hablar de honestidad cuando nos
robamos una maceta con una mano mientras sostenemos la mano de nuestro hijo con
la otra… ¡No nos lo vayan a robar!
Y estamos permeados de esta conducta pues se da a todos los
niveles, bajo cualquier esquema de educación académica, bajo cualquier
circunstancia de vida.
Nos quejamos que el gobierno y las grandes empresas abusan y
nos roban todos los días pero vemos como algo común (¿normal?) el robo de luz,
el robo de la señal de cable, el robo de macetas, el brinco para pasar la
verificación… ¡No seas pendejo, no pagues, róbatelo!
Y entonces ser honesto es sinónimo de ser pendejo… Triste,
¿no?
Y siguiendo bajo ese patrón de conducta, dentro de poco
tiempo el mexicano cambiará su forma de despedirse:
-
“A ver cuándo nos robamos de nuevo” – Será el
nuevo “A ver cuándo nos vemos de nuevo”
-
“Te robo luego” – Será el nuevo “Te veo luego”
-
“Que te roben bien” – Será el nuevo “Que te vaya
bien”
-
“Robemos” – Será el nuevo “Nos vemos”
A los que son padres, cuidado con los niños pues ellos
aprenden de lo que ven, no de lo que les dicen. No se sorprendan si en su
adolescencia, uno de sus hijos es arrestado por robo en cualquiera de sus
modalidades pues al fin de cuentas fue algo con lo que él creció, algo que para
él será normal (¿común?).
Y entonces no se pregunte: ¿Qué hice mal? Pues será
demasiado tarde. Mejor pregúntese ahora qué hace mal, ahora que está a tiempo,
ahora que se puede corregir.
Para mi descontento se cumple el dicho que dicen que dice:
El mexicano te va a
joder, no porque quiera, sino porque puede.
Ahí andamos.
(Ya no roben).